He hervido mal las patatas toda la vida: la nutricionista Sara Mansa explica cómo hay que hacerlo

La forma en que preparamos los alimentos influye (y mucho) en su sabor, aroma y textura, así como en sus propiedades nutricionales. Para sacarles el máximo partido sigue estos consejos.

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Eva Carnero

Periodista especializada en bienestar y nutrición

Actualizado a

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La forma de cocción de los alimentos influye en sus propiedades nutricionales.

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Sin duda, uno de los alimentos más versátiles en la cocina son las patatas. Ya sea como plato principal o como guarnición, este alimento es una de las opciones más socorridas a la hora de preparar los menús semanales. 

Aunque se pueden preparar de muchas maneras, al horno, fritas, cocidas..., una de las más sanas es esta última, cocidas. Esta forma de cocción es, a priori, también una de las más sencillas. Sin embargo, los nutricionistas han detectado que muchas personas cometen algunos errores en el proceso con consecuencias directas en la calidad nutricional del alimento.

Tanto es así, que cuando los cometemos, estamos renunciando a muchos de los nutrientes (sobre todo, vitaminas) de la patata. ¿Cuáles son esas equivocaciones que realiza la mayoría de la gente y que son fáciles de solucionar? 

Patatas más ricas y sanas

A lo largo del proceso de cocción de las verduras en general, y de las patatas, en particular, cometemos una serie de deslices que, si bien no son graves, corregirlos nos puede reportar grandes beneficios. La nutricionista y dietista, Sara Mansa, ha identificado algunos de ellos. Comprueba si los haces:

  • Tapa la olla. Hacerlo acorta el tiempo de cocción de las patatas y evita que se evaporen sustancias volátiles (nutrientes). Este consejo no sirve para las verduras de hoja verde porque eso destruye su clorofila. 
  • Ni peles, ni trocees. Para hervir una verdura, lo mejor es dejarla entera o dividirla solo en dos trozos, en función del tamaño original. Además, muchos nutrientes se concentran en la piel, por lo que si no la pelas, podrás aprovechar las propiedades nutricionales asociadas. 
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  • Lava, pero no remojes. Por supuesto es imprescindible lavar las patatas antes de prepararlas. Ahora bien, lo más adecuado es pasarlas por debajo del grifo rápidamente antes de trocearlas. Es decir, no conviene dejarlas mucho tiempo en remojo, ya que eso acaba con muchos de los nutrientes que forman parte de su composición nutricional. 

Menos vitaminas

En el caso de las patatas, el tiempo de cocción depende del tamaño. Así, según la dietista nutricionista, las más grandes suelen precisar de unos 30 minutos, mientras que las medianas, con 20, es suficiente. La prueba para saber si ya está lista, es pinchar la patata con un cuchillo o un tenedor. Tienes que notar que se hunde pero, sobre todo, que la patata no se deshace al hincarlo, ya que eso significaría que te has pasado del tiempo recomendable de cocción. Al sobrepasarlo se pierde gran parte de la vitamina A que contiene, en torno al 40%, ya que es una vitamina hidrosoluble que se disuelve como reacción a las altas temperaturas. 

Los tiempos de cocción de otras verduras son mucho más breves. Por ejemplo, la col rizada o las espinacas requieren entre 2 y 4 minutos de cocción, y las cebollas, un poco más, unos 10 minutos. Igual que las zanahorias o la calabaza.

Para que no se echen a perder

Tan importante como prepararlas y cocinarlas correctamente es conservarlas en las mejores condiciones ambientales para mantener el sabor, textura y aspecto adecuados, así como sus propiedades nutricionales. 

Para ello, hemos recogido algunas sencillas recomendaciones para llevar a cabo y así, alargar la vida de las patatas, una vez están tu cocina:

  • Al llegar a casa, si las compraste en una bolsa de plástico, sácalas. Lo ideal es que estén en una bolsa oscura de tela o rejilla para que transpiren. También valdría una caja de tablitas de madera con la base cubierta de papel, siendo una excelente opción, el de periódico. 
  • En cuanto a la temperatura, busca un lugar que ronde entre los 7 ºC y los 11 ºC, como por ejemplo, un garaje o una despensa. Piensa que los 20 ºC que solemos tener en las casas no es la temperatura más adecuada, ya que favorece que la patata se oxide y que le salgan brotes. Tampoco les va bien las bajas temperaturas. Si las guardas en la nevera, se oscurecerán y cambiarán su sabor. Además, perderán el almidón y no se freirán bien. 
  • Por tanto, las patatas han de guardarse en un lugar fresco y donde puedan transpirar. Pero también es importante que sea un lugar oscuro, ya que, la luz hará que la patata pierda tamaño y turgencia, y favorecerá la aparición de compuestos químicos como los glicoalcaloides y la clorofila, que si interaccionan entre sí, hará que esta se vuelva más amarga y de tono verdoso, llegando a ser incluso tóxica para quien la consuma. Ahora bien, tampoco ha de ser completamente oscuro, lo ideal es que sea un lugar con algo de penumbra.