Trucos para saber que un aguacate está en su punto y no está negro por dentro

El aguacate es una auténtica joya verde repleta de beneficios para la salud. Es rico en grasas monoinsaturadas (en especial ácido oleico, igual que el sanísimo aceite de oliva virgen extra), que ayudan a reducir el colesterol y cuidan el corazón; y aportan también vitaminas antioxidantes, minerales y fibra. Además, puedes usarlos en infinidad de platos: untado en una tostada, en las ensaladas, en salsas…

Sin embargo, seguro que te ha pasado esto alguna vez: abres un aguacate esperando encontrar su bonito color verde y te encuentras con que tiene la pulpa negra. Y es que cuando lo compramos no podemos saber a ciencia cierta cómo estará en su interior y no es raro encontrarse con sorpresas, algo muy desagradable si tenemos en cuenta, además, que no suele ser una fruta barata. No obstante, hay trucos para asegurarte de que está en su punto y minimizar el riesgo de que te salga negro. Te los contamos.

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1. La piel del aguacate, oscura

Nuestros sentidos serán claves para analizar el estado del aguacate, y el primero que emplearemos será la vista. La cáscara del aguacate nos da las primeras pistas sobre su madurez. Si es oscura, de un color casi negro, significa que está maduro. Una cáscara verde, en cambio, indica que el fruto aun no está en su punto.

Conviene fijarse también, en que no haya manchas en la piel y el color negro sea uniforme por toda la cáscara.

2. Sin grietas en la piel

Seguimos utilizando la vista para analizar el estado del aguacate. En este caso, nos fijaremos en que no presente grietas, pues podría significar que ha estado expuesto al frío durante la etapa de crecimiento, algo que puede afectar a su sabor.

Además, las grietas en la cascara del aguacate propician la entrada de aire en el interior del aguacate y favorece su oxidación y ennegrecimiento.

3. Que no esté demasiado blando

El tacto es el segundo sentido que debemos emplear al analizar la madurez del aguacate. Al tocarlo, con cuidado para no estropearlo, comprobaremos que no está demasiado firme, pero tampoco blando. Lo ideal es que al presionarlo un poquitos se hunda muy ligeramente.

Un aguacate blando podría fácilmente estar negro por dentro, o incluso podrido. En este caso es probable también que veamos partes de la piel hundidas o arrugadas.  

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4. Que no huela mal

El olfato es el tercer sentido que vamos a utilizar. Como ocurre con todos los alimentos, cuando están podridos el aroma que desprenden lo delata. Un olor rancio o a moho es una señal clara de que el aguacate no está en buen estado y es mejor no cogerlo.

Por otro lado, si el aguacate desprende un olor ligeramente dulce lo más probable es que esté en su punto.

5. ¿El hueso se mueve?

Otro truco infalible es mover ligeramente el aguacate para comprobar si el hueso se mueve. Si al sacudirlo no notas ningún movimiento del hueso, es probable que aún no esté maduro.

Por el contrario, si se mueve demasiado aumentan las probabilidades de que esté podrido. 

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6. Revisa el tallo del aguacate

Este truco no hay que hacerlo en la tienda, pero sí que puede ayudarte a saber si los aguacates que has comprado ya están listos para comer o tienes que esperar un poco más.

Se trata de quitar el tallo, la parte que unía el aguacate con el árbol. Si ves que la parte de abajo (lo que se ve de la pulpa) es de color verde brillante, es más probable que el aguacate esté maduro. En cambio, si ves que es de color negro, lo más probable es que ya se haya pasado de maduro.

Cómo usar un aguacate demasiado maduro

Una vez has comprobado que el aguacate está en su punto, es el momento de utilizar otro de los sentidos, el gusto, para disfrutar del sabor untuoso y delicioso de esta fruta.

¿Pero qué pasa si el aguacate está demasiado maduro? ¡No lo tires!, hay diversas formas de utilizar un aguacate que se ha pasado de maduro o que incluso tiene partes negras. Solo tienes que quitar aquellas partes más oscuras con el cuchillo y usar el resto de alguna de estas formas que te proponemos:

• Guacamole: tal vez el plato con aguacate por excelencia. Solo tienes que triturarlo junto con zumo de lima, tomate en trozos pequeños, sal y un poco de cilantro.
• En la ensalada: corta en daditos aquellas partes que se puedan usar, rocíalas con un poco de limón para que no se oxiden, y añádelos a la ensalada.
• Salsa para la pasta: puedes aprovechar el aguacate para elaborar una deliciosa salsa cocinándolo unos minutos a fuego lento junto con tomate, cebolla, ajo y especias (por ejemplo, orégano).
• Helado casero: licua los trozos de aguacate junto con leche, edulcorante (puedes usar también leche condensada) y un chorrito de zumo de limón hasta obtener una masa espesa. Congélala durante al menos 3 horas.